Agosto 2010
Arreglo de una cómoda
La cómoda tenía un estado exterior aceptable y la restauración de esta cómoda se centraría en la renovación de la cajonera (guías y correderas) así como de los cajones (arreglar el desgaste de los laterales) puesto que los cajones no eran practicables. El acabado se mantendría limpiándola y aplicando una mano de cera.
La sorpresa surgió al comenzar los trabajos: las maderas empleadas en todo el mueble eran de grosores raquíticos y las correderas estaban desechas por el desgaste. Para mayor complicación existía un guardapolvo entre cada cajón encajado entre las correderas y el frente de la cómoda y las correderas estaban unidas por espigas al frente y trasera.
Para poder renovar las correderas había que desmontar el mueble completamente: desenclavar la tapa, desencolar las correderas y quitar la trasera; posteriormente retirarlas y encolar un costado y la trasera que estaban desencolados.
Las correderas se hicieron nuevas con las mismas espigas que las originales, pero reforzadas y prescindiendo de los guardapolvos. Las patas traseras torneadas provenientes de un anterior arreglo poco profesional fueron sustituidas por unas más acordes espuntadas.
Tras encolar de nuevo la cómoda le tocó el turno a los cajones:
Los grosores de los costados, trasera y fondo eran mínimos, estaban desgastados y rotos. Especialmente los laterales y los fondos habían sufrido ya un anterior arreglo chapucero que habían causado mayor daño al mueble.
Cada cajón fue desencolado, los laterales se sanearon y se les encoló un nuevo canto inferior más grueso con canelador para el fondo. Los fondos estaban rajados, habían menguado mucho y estaban “chapuceados” y fueron sustituidos por nuevos de contrachapado de okumé de 6 mm de grosor.
Tras los arreglos de carpintería, se procedió a limpiar y encerar la cómoda.
Recien encuentro tu blog. Veo trabajos excelentes. Te felicito. Slds, Juan
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